Día 38: De KRISTIANSAND (Noruega) a BRANDE (Dinamarca)

378 kilómetros VER RUTA

Nos despertó el ruido de los motores que anunciaban que el puerto ya estaba abierto. El amanecer había teñido de un intenso color rosa el cielo y a pesar de haber mal dormido un par de horas en el coche, nos sentimos reconfortados.

El ferry que nos llevaría a Dinamarca era similar al que nos llevó de Tallín a Helsinki; aunque era algo más pequeño, también contaba con su cafetería, restaurante y amplias salas llenas de asientos. 

Como Noruega no pertenece a la Unión Europea y Dinamarca sí, nos encontramos con una tienda duty free donde los pasajeros podían comprar los típicos productos libres de impuestos, sobre todo alcohol y tabaco.

Llegamos a Hirtshals sin contratiempos y nos pusimos rumbo a las playas del noroeste de la península de Jutlandia, concretamente a la zona de Løkken.

Son playas preciosas, con kilómetros de arena y agua cristalina. A pesar de que el tiempo no acompañaba, fue toda una experiencia meter el coche hasta el interior de la playa y aparcarlo en la orilla del mar. Dando un paseo, descubrimos una hilera de pequeñas casas de madera situadas literalmente sobre la arena. Eran muy pequeñas y no tenían baño, pero para aquellos que quieran dormir en una playa es una gran oportunidad.

La tormenta que se veía sobre el mar iba aproximándose, así que decidimos avanzar hacia el sur para acercarnos al apartamento que habíamos alquilado para esa noche. Creo que no lo habíamos comentado antes, pero durante todo el viaje habíamos podido conectarnos a internet desde el móvil sin coste alguno y la verdad es que había sido una herramienta genial; estar conectado todo el día nos daba la posibilidad de buscar lugares que visitar, alojamientos y rutas en tiempo real. Y estábamos tan acostumbrados a tenerlo, que cuando de pronto dejó de funcionar el roaming al llegar a Dinamarca, nos quedamos un poco perdidos.

Para colmo, Booking nos escribió diciéndonos que los dueños del apartamento que habíamos reservado, habían rechazado nuestra tarjeta. (Nota importante para futuros viajeros, en Dinamarca tuvimos varios problemas para pagar con la tarjeta Master Card del Banco Santander). Así que necesitábamos con urgencia un restaurante con wifi gratis y en eso lo que nunca falla es el Mcdonalds. Encontramos uno de camino, en las afueras de Aalborg y cuando estábamos a punto de llegar, empezó a llover de manera realmente dramática; los limpias no podían con la cantidad de agua que los caía encima y a duras penas conseguimos aparcar el coche y llegar hasta el interior del restaurante.

Estuvimos bastante tiempo allí, en parte por la necesidad de internet y en parte porque la lluvia seguía golpeando violentamente contra los cristales. Cuando por fin conseguimos resolver los problemas con Booking, nos rendimos a la evidencia y comprendimos que así no íbamos a poder visitar la ciudad. Además, desde el apartamento nos habían avisado de que si no llegábamos allí antes de las seis de la tarde no respetarían la reserva y con la experiencia que habíamos tenido con el fatídico hotel Midi en Domené, decidimos que sin datos en el móvil no podíamos arriesgar.

Cuando llegamos hasta el recinto de los apartamentos comprendimos que la amenaza no era ni mucho menos un farol, ya que en el edificio no había ningún tipo de recepción y funcionaba de una manera muy escandinava, confiando en la buena fe de la gente. Nos habían asignado la habitación nº 1, pero en el cuarto de las llaves también estaban colgadas todas las de las habitaciones vacías.

Dedicamos la tarde a descansar, apenas habíamos dormido en el coche esperando el ferry y sabíamos que el día siguiente sería muy especial. Lavamos algo de ropa en la lavadora que compartíamos con los demás huéspedes, compramos cena en un supermercado cercano y nos fuimos a dormir en cuanto se hizo de noche.